La deforestación es un problema importante en México, actualmente se sigue reportando la pérdida de bosques y selvas debido a la expansión de la frontera agrícola y pecuaria, el incremento de áreas con tala ilegal, así como el aumento de áreas afectadas por incendios forestales, entre otros factores. Para el periodo 2001-2018, se estima una pérdida bruta promedio de 212,070 ha/año de terrenos forestales.
A pesar de los avances para estimar la deforestación, no se cuenta con herramientas que permitan detectar los cambios y perturbaciones de la cobertura forestal de una forma más rápida y oportuna. Regularmente los cambios se detectan meses e incluso años después de haber ocurrido, por lo tanto, no se toman medidas oportunas para inhibirlas, o bien, para establecer procedimientos de sanción y/o reparación de daños.
Sin embargo, con la tecnología y herramientas para el análisis de información proveniente de sensores remotos que están disponibles en la actualidad, se busca puedan ser aplicadas para apoyar al monitoreo forestal en el país y para desarrollar un sistema que permita detectar casos de pérdida de cobertura de una manera más oportuna.
Reconociendo los impactos negativos de la deforestación y degradación forestal se ha iniciado una estrategia apoyada por la Agencia para el Desarrollo Internacional del Gobierno de los Estados Unidos (USAID) y el Servicio Forestal de Estados Unidos (USFS) para implementar una serie de acciones destinadas a mejorar la gobernanza y reducir las prácticas ilegales en el sector forestal. Una de las metas establecidas en dicha estrategia es que México cuente con un sistema de alertas tempranas de deforestación, funcional y operativo, debidamente institucionalizado y que provea información confiable, oportuna y, que, de manera expedita, permita la oportuna intervención de las autoridades competentes para reducir su incidencia e impactos negativos.